lunes, 14 de noviembre de 2011

Alimentación en los siglos XVI y XVII



NUEVAS RUTAS: a finales de la Edad Media, los turcos encarecieron un 800% las tasas aduaneras de las especias que llegaban del lejano oriente. La “locura de las especias” forzó nuevas rutas comerciales como la del este, cuya principal mercancía era la pimienta, y la del oeste, cuya principal mercancía era la caña de azúcar (originaria de la India, se introduce en América en el XVI).

NUEVOS ALIMENTOS: como resultado de los intercambios comerciales, llegan nuevos alimentos a Europa como la patata, el maíz, las judías, los tomates, los pimientos…

     La implantación de los nuevos alimentos se debió al gran incremento demográfico del XVI, a pesar de las continuas epidemias (peste, sífilis): Europa pasa de 84 a 111 millones en este siglo (Castilla dobla su población). Se producirán terribles hambrunas a mitad de siglo (1536- 1557) y a finales (1590- 1593). El resultado son las consiguientes deforestaciones y el aumento de superficies cultivables, haciéndose la agricultura más efectiva, ya que se mejoran los aperos y los sistemas de conducción de aguas.

     Cuatro fueron los productos que realmente cambiaron la dieta de los europeos en estos siglos, dos de ellos ya presentes, el arroz y el alforfón o trigo sarraceno, y dos nuevos, el maíz y la patata.
  • Arroz: llega a Europa con los árabes en la Edad Media, pero en este periodo, salvo en España donde tuvo en la Edad Media ya importancia, en el resto de Europa fue algo exótico, ya que se mercaba en las especierías. En el siglo XVI, pasa de España a los Países Bajos y de ahí al resto de Europa.
  • Alforfón: también se conocía en Europa antes del XVI. Su cultivo se desarrolla espectacularmente en este siglo por su mayor resistencia, paliando las consecuencias de las grandes hambrunas del siglo.
  • maíz: se trae de América muy rápidamente (1493). A principios del XVI se cultiva ya en España y Portugal. En 1656 pasa a Francia, norte de Italia y Balcanes. Pero, a pesar de esta difusión y de su rendimiento, en este periodo nunca dejó de ser un grano secundario más utilizado como forraje para animales que como alimento para personas.
  • Patata: se trae del Perú un poco más tarde que el maíz (1539). Pasa por España sin mucho éxito y es en Italia done, en un principio, tiene mayor aceptación. A finales del XVI hay noticias de su extensión por toda Europa, aunque, como el maíz, no tendrá una utilización masiva hasta el XVIII.
OTROS RECURSOS ALIMENTICIOS: el aumento de la población, el incremento de cultivos y la disminución de bosques y prados originaron una disminución del consumo medio de carne en Europa a partir de mediados del XVI (perdida de consumo que prácticamente se extendió hasta el XIX).

     Consecuentemente, el pan y un pan cada vez más deteriorado, pasó a ser la fuente de energía principal, tanto más cuanto más bajo el nivel social (por término medio 70- 75%). Esta dependencia explica las grandes hambrunas del XVII (1630, 1648- 54, 1680- 85, 1693- 99).

NUEVOS GUSTOS: las causas fueron las reformas luteranas que negaban la legitimidad a las normas (incluidas las alimenticias) católicas, y numerosas bulas expedidas por los católicos. En todo caso, este cambio se hizo evidente en dos cosas: mayor querencia por lo graso y lo dulce.
  • Gusto por lo graso: un indicador lo constituye posiblemente el cambio de las salsas, ya que pasan a hacerse predominantemente con mantequilla o aceite, en la alta cocina europea del siglo XVI y XVII (“pepitorias”). Sustituyen a las salsas medievales eran magras, ácidas, especiadas, hechas con vino, vinagre, agraz, zumos de frutas, hierbas…
  • Gusto por lo dulce: por considerable aumento de calidad y cantidad del azúcar. El azúcar se conocía desde antiguo, pero su uso se restringida al terreno medicinal. En el XIV y XV empieza a figurar en las recetas culinarias sustituyendo en parte a la miel (edulcorante natural tradicional). En el XVI es ya un alimento indispensable y su creciente demanda hizo que el cultivo de la caña se extendiera enormemente en América. El gusto por lo dulce marcó también un auge de los licores que se incrementan notablemente en el XVII: ron, calvado, kirsch…
NUEVAS BEBIDAS: té, café (y el chocolate, que es un caso especial). Van unidos a la consolidación de la burguesía y del creciente capitalismo, ya que suponen una representación de los ideales de productividad y de trabajo.
  • Café: en la segunda mitad del siglo XVII aparecieron los primeros cafés y su número creció rápidamente a partir de entonces. El sentido del café fue que el vino y la cerveza abotargaban a los obreros e impedía el rendimiento, y que el café despejaba, estimulaba y aumentaba el rendimiento. En el XVIII se extiende también a las clases populares y pasa a ser la primera bebida de la mañana.
  • Té: en Inglaterra y Holanda, el papel del café lo desempeña principalmente el té, debido a la importancia de la compañía de las Indias Orientales. También pasó a popularizarse en el XVIII y a convertirse en la primera bebida de la mañana.
  • Chocolate: se difundió en España mucho antes que el café (era ya popular en el XVI). Pero, a diferencia del café y del té, nunca tuvo esa aureola de estimulante y activador, siempre estuvo más asociado a la molicie y el descanso. Con todo, siempre se destacó su poder nutritivo.

Alimentación en los siglos medios




CONFIGURACIÓN DEL NUEVO MODELO: a partir del s. VI se entrecruzan los dos modelos de la Antigüedad, el mediterráneo y el continental: del sur al norte se propaga el cultivo de cereales y vides debido a los monasterios que cristianizan el continente (pan y vino son imprescindibles en las liturgias), y del norte al sur también se realizó una cierta influencia con un mayor rendimiento de zonas boscosas y pantanosas, como ámbitos de caza, pesca, pastoreo y recolección.

     Se formó así un nuevo modelo alimenticio conjunto: modelo agro-silvo-pastoril, que articuló durante el medievote forma muy diversificada los productos vegetales (cereales, legumbres y hortalizas) y productos animales.

MODELO AGRO-SILVO-PASTORIL: con todo, conviene no olvidar que en su conjunto, el modelo fue una economía de subsistencia donde prima la cantidad sobre la calidad. El trigo fue con frecuencia relegado por cereales inferiores pero más resistentes y/o rentables (centeno, avena, mijo, panizo, sorgo…). Se instaura una intima diferenciación social en la dieta ya que los ricos comen pan blanco y carne fresca y los pobres pan negro o gachas y carne en conserva (ahumado, salada).

     Este modelo de conjunción empezó a entrar en crisis a partir del siglo VIII y IX, ya que aumenta la población, que hasta entonces se había mantenido estable o a la baja, y a que aparecen las crisis alimenticias con un predominio de una crisis por 12 años:
  • VIII: seis años de hambruna.
  • IX: doce años de hambruna.
  • X: tres años de hambruna.
  • XI: ocho años de hambruna.
     La solventación de la crisis, dado el tipo de economía instaurado y la creciente demanda de comida por aumento de población, sólo pudo solucionarse mediante un incremento de los campos cultivados, con dos oleadas de roturación de campos en el siglo IX y XII (más importante).

     Tras esto se da un periodo de relativa bonanza en el siglo XIII, con equilibrio entre recursos y población, dándose una reducción de hambrunas en el siglo XII y XIII y un incremento en el consumo de especias a partir del XI, favorecido por las cruzadas. Se habla en el XII y XIII de un periodo de “hambre de especias” por el gran aumento de su demanda.

     A comienzos del siglo XIV se da una segunda crisis con hambrunas generalizadas en todo el continente durante la primera mitad del siglo XIV, donde Castilla fue una de las más afectadas tempranamente. En la segunda mitad del siglo XIV sucede la peste negra (1347- 1351) con una desnutrición de fondo que hacen que en apenas cinco años entre el 25- 33% de la población europea muera.

     La radical caída demográfica de la segunda mitad de XIV mejora a medio plazo la alimentación de los supervivientes, es un periodo conocido como ciborum laetita (alegría alimenticia): se da un retroceso de cereales poco refinados en relación con el trigo y un aumento del consumo de carne por mayor superficie de pastos. Hasta el XIII el cerdo fue la carne favorita en campo y ciudad y desde el XIV en el campo se sigue prefiriendo el cerdo pero en la ciudad se prefiere el buey, la vaca la ternera, la oveja y el carnero.

     El consumo de carne tuvo restricciones religiosas (140- 169 días abstinencia/año). El alimento alternativo fue el pescado, con una creciente demanda ya que mejoran las técnicas de conservación (desecados, ahumados, salazones, conservación en aceite o vinagre) y un aumento del comercio de agua dulce (carpas, lucios, truchas, salmón, lamprea…) y salada (arenque salado y a partir del XIV adquiere predominio el bacalao ahumado o salado al descubrirse los enormes bancos de Terranova).

lunes, 7 de noviembre de 2011

Alimentación en la antigüedad




Los alimentos de la Antigüedad y la alimentación de los pueblos Antiguos.  
(8000-7000 aC - 476 dC). 
La agricultura, la ganadería, la panificación y la industria láctea fueron pilares del desarrollo
alimentario desde la Antigüedad hasta nuestros días. En las riberas del Mar Caspio, hace 6.000 años tuvieron lugar los primeros cultivos. Siguieron las altiplanicies de Irán y las riberas del río Indo, hasta el delta del Nilo. Los sistemas de riego mediante canales en Asia Oriental y los cultivos de Mesopotamia y Egipto dieron el soporte para el asentamiento de esos pueblos, que no habría sido posible de no contar con un sustento regular y previsible.
El sistema de la Creciente Fértil del Nilo abarcaba Egipto, Palestina, Siria y Mesopotamia hasta el valle del Indo, siendo el trigo y la cebada sus primeros productos. Estas tierras fueron utilizadas también para proveer lechuga, cebollas, nabos, pepinos, guisantes y berenjenas.
El hombre del período postglacial aprendió a tostar el grano sobre piedras calientes, que era luego mezclado con agua para formar una pasta, posteriormente recalentada sobre carbones encendidos hasta cocinarse, formando una hoja resistente. Durante centurias productos de este tipo alimentaron al hombre. Cuando los granos escaseaban se recurría a la harina proveniente de la molienda de frutas secas. Más tarde, 5.000 a 4.000 aC, llegó el pan fermentado, atribuido a los egipcios quienes dejaron fermentar la masa y luego la cocinaron al horno, descubriendo que sus propiedades mejoraban con este tratamiento. A partir de este momento se afirmó la supremacía alimentaria del trigo sobre la cebada, que no tiene propiedades panificantes.
La posibilidad de moler el grano y acopiar la harina permitía reservarla para épocas de escasez de carnes y verduras, lo cual dio cambio direccional a la historia alimentaria de la humanidad dándole a los cereales un lugar central en la alimentación humana.
La domesticación del ganado vacuno se inició hacia el año 4.000 a 3.000 en las colinas de Palestina y del Líbano, en las cuales crecía una vegetación apropiada para su alimentación. No sólo era imprescindible alimentar al ganado sino también evitar que éste estableciera competencia alimentaria con el hombre. Cuando por razones climáticas la pastura disminuía era necesario sacrificar al ganado. Era ese momento en el cual la disponibilidad de cereales o sus harinas demostraban sus ventajas, proveyendo sustento. El desarrollo de las técnicas de salado y ahumado, hacia el año 1.000 aC, permitieron la conservación de las carnes por largo tiempo.
El animal más práctico en el período antiguo fue el cerdo. Abundaba en Francia y en las regiones de Alemania con vegetación boscosa, la que proveía frutos secos con los cuales se alimentaban estos animales. El ganado ovino proveniente de Asia y Egipto llegó a ser muy importante en la península ibérica en tiempos del Imperio Romano, mientras que las aves de corral, especialmente las gallinas, oriundas de la India llegaron a Europa en el año 600, asegurando el abastecimiento de carne y huevos. Los quesos, descubrimiento accidental de los árabes hacia el año 3.000, fueron introducidos en Europa mil años después, siendo elaborados luego por egipcios, griegos y romanos, poco afectos a la leche.

Alimentación tras la revolución neolítica



El neolítico, es la 3ª etapa de la Prehistoria.
Se inicia en el 7.000 a.C. y concluye en el 4.000 a.C. Es una época de cambio transcendental:
- Se pasa de la economía depredadora a la productiva.
- Este cambio produce cambios en todos los aspectos de la vida (sociales, forma de vida, mentalidad). A este cambio se le llama Revolución neolítica.
Antes se definía el Neolítico como un cambio en la forma de construir los instrumentos de piedra.
- Las piedras se pulimentaban.
- con una sustancia corrosiva se practicaba el filo.
- se pasa de construir instrumentos de caza a instrumentos agrícolas.
Es más importante que aprenden a producir las plantas que quieren y consiguen hacer que los animales se reproduzcan.
Los yacimientos se identifican por encontrar instrumentos agrícolas de piedra pulimentada (molinos, cerámica,...)
La cerámica aparece en el Neolítico: vasijas de barro que son utilizadas para guardar la cosecha.
También se identifican por la aparición de poblados-establo. Las tribus se vuelven sedentarias.

La Revolución Neolítica
La serie de cambios que se producen en la vida del hombre como consecuencia a la aparición de la agricultura y la ganadería es llamada revolución neolítica.
Pasan de la economía depredadora a la productiva. El hombre produce. Las actividades principales son la agricultura y la ganadería = 1
1- Son actividades complementarias ya que se benefician mutuamente:
La ganadería proporciona abono y tiro animal para la agricultura y ésta produce plantas forrajeras para los animales.
Consecuencia de la economía productiva:
Las sociedades se vuelven sedentarias:
- Al principio practican el "nomadismo hortense" que consiste en trasladarse cuando la tierra se agota.
- A mediados del Neolítico se vuelven totalmente sedentarios porque conocen mejor las técnicas agrícolas y así evitan que la tierra se agote:
- Para evitarlo utilizan el abono y más tarde el barbecho:
- Al principio era un barbecho bienal con el que se perdía la mitad de la cosecha.
- Luego se usó el trienal en el que se cultivan 2/3 del terreno y se deja descansar 1/3 rotando alternativamente este método.
Como consecuencia de la sedentarización total aparecen poblados estables y esto unido a la economía productiva aumenta la demografía.
Para guardar la producción aparece la cer
ámica:
- Vasijas de barro para guardar la cosecha o su excedente: es un elemento utilitario.


- Elemento cultural: sirve para diferenciar pueblos o culturas por la forma del modelado y la decoración.
Decoración:
- Puede estar pintada o con engobe (sumergir la vasija húmeda en la pintura)
- Puede estar sin pintar y decorada por impresión (grabados): el más famoso es el cardial en el que se imprime la concha del berberecho, esta decoración identifica a los pueblos neolíticos del Oriente Mediterráneo.
Elementos de decoración:
Puede cubrir toda la vasija o sólo en partes, formando bandas horizontales sin formarlas.
Figurativas: reproducen figuras (animales: zoomorfas - plantas: fitomorfas - hombres: antropomorfas)
No figurativas: signos geométricos.

Con las sociedades productivas aparecen sociedades de organización más compleja por que aparece el excedente, la división social del trabajo y la propiedad privada.

El excedente: Cantidad de producción sobrante. Es el inicio de la riqueza, cuanto más excedente más rico. Aparece con la producción pero no se consolida hasta mediados o finales del Neolítico: los instrumentos de cultivo son más perfectos, se abona, se riega,... Esto produce cosechas más abundantes que dan lugar al excedente.
El excedente sólo tiene consecuencias cuando se consolida: permite la división social del trabajo.

División social del trabajo: En una sociedad la gente se diferencia por su trabajo. En el Paleolítico todos cazaban = todos iguales. Al principio del Neolítico todos son agricultores = todos iguales. Cuando aparece el excedente consolidado no se dedican todos a la agricultura ni a la ganadería: se necesitan productos que ninguna de estas dos cosas producen.
Con el excedente se puede alimentar a otras personas que se dediquen a fabricar instrumentos, tejidos, cerámica,... = empieza la artesanía. El artesano le cambia sus productos al agricultor por el excedente.
La división social del trabajo está permitida por el intercambio de excedentes = primer tipo de comercio = comercio por trueque.
La propiedad privada: En el Paleolítico no existía. Con la aparición de la agricultura empieza a aparecer. Para convertir una zona salvaje (improductiva) en productiva se requiere mucho trabajo: la gente sólo está dispuesta a hacer este trabajo si tiene la seguridad de que la tierra será suya = aparición de la propiedad privada.
Con el trueque, el excedente y la propiedad privada aparece la desigualdad social y la riqueza (aparece en la Edad de los Metales en Europa) que en la Edad de los Metales provoca la aparición de las clases sociales.

De la economía productiva nacen los cambios culturales.

Cambios culturales:
Durante el Paleolítico el hombre creyó en la influencia del espíritu del animal en la vida del hombre = toteista. Estas creencias se dan porque el hombre es cazador y vive de la caza. Tienen creencias animistas (pinturas rupestres) el animal es el ser sagrado.
En el Neolítico aparece la cultura de los hombres agricultores: viven de la tierra (cosechas) = adoran la fertilidad de la tierra: diosa fundamental = "Diosa - Madre" = diosa de la fertilidad de la tierra, también representa el ciclo del vegetal (muere y reaparece: la tierra es improductiva en Invierno y después es productiva). Los hombres de finales del Neolítico adoran a la naturaleza: tierra, sol, agua, ríos, montañas, mares: son dioses en las primeras civilizaciones.

lunes, 31 de octubre de 2011

Alimentación en la Prehistoria


     La imagen de los homínidos devorando carne cruda, está demasiado arraigada en nuestra cultura como para hacerla olvidar; sin embargo, las primeras dietas humanas fueron más vegetales que animales. Existen varios métodos que los investigadores utilizan para conocer la dieta alimenticia de los primeros humanos. En este artículo sólo haremos alusión a los más frecuentes.

     Si afirmamos que nuestros ancestros no podían comer lo que no tenían a su alcance, parece una perogrullada; pero el conocimiento de la flora y la fauna en cada una de las épocas, y también con un criterio geográfico, aunado a la utilización de útiles y armas para la caza permiten definir cuáles eran las plantas y animales más frecuentes en cada una de las épocas. Una vez conocidos los elementos alimentarios a los que el hombre tenía acceso en la antigüedad, según la zona en la que habitaba y la época en la que vivió, ya se puede deducir una parte de la dieta; el análisis ocular y químico de los restos humanos encontrados, nos dará la siguiente pista.

     En efecto, la forma de la mandíbula, las inserciones musculares en la misma y la disposición y forma de los dientes, determinan el régimen alimenticio de sus poseedores. Una dentadura de dientes gruesos y planos denuncia una alimentación de tipo vegetal, mientras que una mandíbula con dientes afilados, con la presencia de incisivos, da idea de un frecuente consumo de carne. También las huellas que se aprecian en el esmalte de los dientes, en exámenes con el microscopio de barrido electrónico dan pistas para conocer el tipo de alimentos que masticaban aquellos humanos ya que una mayoría de huellas estriadas verticales nos hablan de un gran consumo de carne mientras que si son horizontales, denuncian una alimentación de preferencia vegetal. Estos detalles unidos a la pulimentación que sufren los dientes al masticar hojas, determinan de manera clara el tipo de dieta de los primeros humanos que, en su mayoría, presentan huellas dentales de orientación oblicua que permiten afirmar a los investigadores que los seres humanos pasaron de una dieta vegetal a una de tipo omnívoro.

     Si a esta observación ocular se añade un análisis químico, todavía se puede afinar más en la definición de la dieta. La proporción hallada en los dientes de carbono 13, con respecto al carbono 12, puede determinar un consumo masivo de carne, mientras que el porcentaje del estroncio sobre el calcio es menor en los que consumían carne que en aquellos cuya dieta era rica en verduras. Por último, una alta concentración de nitrógeno 15 indica el consumo frecuente de alimentos de origen lácteo.

     Pero también hemos dicho que la alimentación varía según las épocas por lo que se puede afirmar el hecho de que en el Mioceno, la dieta más extendida era la del consumo de vegetales, insectos y, de manera ocasional, algún animal pequeño. Ya en el Plioceno, comienza el uso de la carne, bien por medio del consumo de carroña, bien por medio de la caza, aunque todavía una gran parte de la dieta se basa en los vegetales.

     En el Paleolítico, la carne, y mucho más tarde el pescado, se convierten en la base dietética de los humanos, aunque su consumo de vegetales sigue siendo muy alto hasta que en el Neolítico comienza el consumo de los cereales y los productos lácteos. El cultivo de cereales y la cría de animales permiten la utilización de la leche y, con la aparición de la cerámica, los primeros purés y papillas. Este cambio alimentario tiene como primera consecuencia la aparición de las caries que eran raras en los dientes hallados en los yacimientos pertenecientes a la época del Paleolítico. Sabido todo esto, los investigadores están en disposición de afirmar el tipo de dieta que consumían nuestros ancestros.

     Michel Brunet descubrió en el Chad un cráneo, dos fragmentos de mandíbula inferior y tres dientes aislados. A este espécimen de siete millones de años de antigüedad, le bautizaron con el nombre de Tumai. Brunet afirma que la morfología dental y el espesor de esmalte, Tumai comía raíces, frutas, frutos secos y hojas tiernas. Mucho más tarde, los australopitecos añadieron a su dieta algunos pequeños roedores, serpientes, huevos e insectos, aunque los humanos del tipo Paranthropus, consumían únicamente vegetales.

     El aparato masticador del homo habilis, declara que los dos tercios de su alimentación eran de origen vegetal aunque ya comienza a cazar pequeñas presas. El homo erectus, por su parte, si bien continúa basando su dieta en materias vegetales, comienza a consumir carne de manera regular gracias a sus habilidades para la caza y los útiles que empieza a fabricar y a utilizar para sus tareas.
     El hombre de Neandertal, es el más carnívoro de todos los conocidos hasta el día de hoy, y es el primero, que se sepa, que empieza a consumir peces como alimento, impulsado muchas veces, según las regiones en las que habita, por la falta de vegetales en su entorno. Por último, aparece el homo sapiens, nuestra especie que es la que más ha evolucionado en el plano alimenticio, en el menor espacio de tiempo ya que, de recoger vegetales y cazador nómada, pasa a ser agricultor y ganadero, y a desarrollar ambas habilidades hasta convertirlas en industria.

     El cambio de la vida nómada a la sedentaria trae novedades a la vida humana, y no siempre para mejorar la calidad de vida ya que algunos autores sostienen que, la promiscuidad que se da en los primeros asentamientos y luego la proximidad entre estas aldeas, favorecieron el desarrollo de enfermedades infecciosas graves como es el caso de la tuberculosis. En resumen, la dieta desde el primer homo sapiens hasta hoy, no ha cambiado demasiado puesto que seguimos basando nuestra dieta en las proteínas animales; pero si todavía consumimos carne como nuestros antepasados, la calidad de ésta ha cambiado completamente ya que, debido a los métodos masivos de producción, la carne que consumimos hoy tiene mucha más grasa que la usada en la prehistoria y por lo tanto es más tierna… y mucho menos sana.

     Como hemos visto, nuestros hábitos alimentarios no han cambiado tanto desde entonces. La salivación que todavía nos produce el olor a leña quemada y carne asada, el rechazo de muchos niños hacia las verduras y la tendencia general a consumir la carne de res poco hecha, nos hablan de una impronta genética que nos impulsa a una alimentación básicamente carnívora.

Evolución Ontogénica


La ontogénesis humana es el proceso mismo de hominización referido al individuo completo. En este proceso, hay que tener en cuenta que una cosa es el cigoto, la vida específicamente humana, otra el nuevo organismo individual de la especie humana  y otra la aparición de un nuevo ser personal.
§A la hora de plantear estas cuestiones se suelen cometer dos inexactitudes. La primera es considerar que toda la información para el desarrollo del nuevo ser esta ya contenido en el ADN originario, y la segunda no distinguir distintos momentos desde la concepción hasta el nacimiento.

martes, 25 de octubre de 2011

Evolución Filogenética


La filogenia es la historia de la evolución de un grupo de organismos o, de acuerdo con Colin Tudge, la «genealogía con mayúscula», ya que se ocupa de la relación existente entre especies, familias, órdenes... Para ello, los biólogos se han basado en la morfología, la citología, el registro fósil, etc. Hoy, las técnicas de Biología Molecular son imprescindibles para dilucidar las relaciones entre organismos.

La filogenia se puede representar gráficamente mediante árboles filogenéticos. Como su nombre indica, se trata de dibujos con aspecto de árbol. En la base del tronco estaría el antepasado común de todos los organismos, y de él partirían unas ramas, de las cuales saldrían ramas más finas, y de éstas ramitas, etc., hasta llegar a las especies actuales, dispuestas en los extremos de las últimas ramificaciones.

Los árboles filogenéticos más antiguos recordaban a un abeto o, mejor dicho, a un poste del cual salían ramitas más finas (Figura 1). En la parte alta del árbol se situaba un individuo de nuestra especie, preferiblemente de sexo masculino, raza blanca, anglosajón y protestante (es decir, el típico WASP). Probablemente, esto se debía a que los científicos que elaboraban los árboles eran WASPs. Además, se creía que la evolución tendía hacia la perfección: había una escala de progresión que iba desde los microbios hasta nuestra especie (dentro de la cual, por supuesto, había razas más evolucionadas que otras).
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Fig. 1.- Árbol de la vida clásico, con un tronco principal que conduce hasta nosotros.

Hoy se tiende a desechar esa idea, y los árboles filogenéticos se parecen más a zarzas que a abetos (Figura 2). No hay especies más evolucionadas que otras; simplemente, sus estrategias de supervivencia son diferentes. ¿Por qué ha de ser más evolucionado un chimpancé que el moho que echa a perder la fruta en el frigorífico? De acuerdo, el moho tiene menos cerebro que el chimpancé (mejor dicho, carece de cerebro), pero le va de maravilla, y prospera por toda la Tierra. Probablemente, nos sobrevivirá, y enmohecerá nuestras tumbas. En cambio, los chimpancés, con toda su inteligencia, tienen un futuro bastante menos halagüeño. Al paso que vamos, sólo aguantarán en los zoológicos o a base de hacerse fotos en brazos de los turistas, vestidos de marineritos...
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Fig. 2.- Árbol filogenético realizado según criterios actuales. Las ramas que no alcanzan la parte superior se supone que corresponden a taxones extinguidos.

El Origen del Hombre: Teoría Religiosa




¿Es posible que Dios se valiera de la evolución para hacer al hombre a partir de los animales? ¿Dirigió Dios el desarrollo de las bacterias transformándolas en peces, y luego en reptiles y mamíferos, para que finalmente una especie de simios llegara a convertirse en seres humanos? Hay científicos y líderes religiosos que afirman creer tanto en la teoría de la evolución como en lo que enseña la Biblia, alegando que el relato bíblico de la creación es simbólico. Puede que usted mismo se pregunte si la teoría de que el ser humano ha evolucionado de los animales es compatible con la Palabra de Dios.
Dirigiéndose a griegos cultos, el apóstol Pablo dijo: “Dios [...] hizo de un solo hombre toda nación de hombres”
Saber de dónde venimos es fundamental para comprender quiénes somos, adónde vamos y cómo debemos vivir. Solo si conocemos el origen del hombre, podremos entender por qué ha permitido Dios el sufrimiento y qué tiene pensado para nuestro futuro. Si no estamos convencidos de que Dios es nuestro Creador, no podremos tener una buena relación con él. Por lo tanto, analicemos lo que la Biblia enseña sobre el origen, la condición actual y el futuro del ser humano. De ese modo comprobaremos si la Biblia y la teoría de la evolución pueden ser compatibles.

Cuando había un solo hombre

Los evolucionistas en general afirman que una población de animales se desarrolló gradualmente hasta formar una población de humanos, lo que contradice que en algún momento existiera un solo hombre. Por otro lado, la Biblia presenta un planteamiento muy distinto, pues afirma que nos originamos de un solo hombre, Adán. De hecho, habla de este primer hombre como un personaje histórico, e incluso menciona los nombres de su mujer y de algunos de sus hijos. Nos da detalles en cuanto a qué hizo, qué dijo, cuándo vivió y cuándo murió. Jesús nunca consideró este relato como un cuento para gente inculta. Es más, cuando en cierta ocasión se dirigió a instruidos líderes religiosos, les dijo: “¿No leyeron que el que los creó desde el principio los hizo macho y hembra [...]?” (Mateo 19:3-5). A continuación, refiriéndose a Adán y Eva, Jesús citó las palabras de Génesis 2:24.
Mujer leyendo la Biblia
Lucas, un escritor bíblico e historiador riguroso, presentó a Adán como una persona tan real como Jesús mismo, pues trazó la genealogía de Cristo retrocediendo hasta aquel primer hombre (Lucas 3:23-38). Y fíjese en lo que el apóstol Pablo dijo al dirigirse a un auditorio que contaba con la presencia de filósofos educados en las prestigiosas escuelas griegas: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que hay en él [...] hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para que moren sobre la entera superficie de la tierra” (Hechos 17:24-26). Está claro que, según la Biblia, todos descendemos de “un solo hombre”. Entonces, ¿es compatible la evolución con lo que la Biblia enseña sobre el origen de la humanidad?

El hombre se aleja de la perfección

Según la Biblia, Jehová creó perfecto al primer hombre. Es imposible para Dios obrar de otro modo. El relato de la creación dice: “Dios procedió a crear al hombre a su imagen [...]. Después de eso vio Dios todo lo que había hecho y, ¡mire!, era muy bueno” (Génesis 1:2731). ¿En qué sentido era Adán un hombre perfecto?
Mientras que la evolución presenta al hombre moderno como la versión mejorada de un animal, la Biblia lo presenta como la versión deteriorada de su antepasado perfecto
Era perfecto porque tenía libertad de decisión y podía imitar a plenitud las cualidades divinas. La Biblia afirma: “El Dios verdadero hizo a la humanidad recta, pero ellos mismos han buscado muchos planes” (Eclesiastés 7:29). En efecto, fue Adán quien optó por rebelarse contra Dios. Como resultado, perdió la perfección y privó de ella a sus descendientes. Esto explica la frustración que sentimos cuando queremos hacer las cosas bien y no lo logramos. Es tal como escribió el apóstol Pablo: “Lo que deseo, esto no lo practico; sino que lo que odio es lo que hago” (Romanos 7:15).
Según la Biblia, un hombre perfecto podría vivir para siempre en perfecta salud. Por lo que Dios le dijo a Adán, es obvio que este no habría muerto jamás si hubiera sido obediente (Génesis 2:16, 173:22, 23). Además, Jehová no habría calificado de ‘muy buena’ la creación del hombre si este hubiera tenido la tendencia a enfermar o a rebelarse. La pérdida de la perfección explica por qué el cuerpo humano, aunque maravillosamente diseñado, es vulnerable a deformidades y enfermedades. Por lo tanto, la evolución es incompatible con la Biblia: mientras que la evolución presenta al hombre moderno como la versión mejorada de un animal, la Biblia lo presenta como la versión deteriorada de su antepasado perfecto.
La idea de que Dios se valiera de la evolución para hacer al hombre también es incompatible con lo que la Biblia dice sobre la personalidad de Dios. Si Dios hubiera controlado el proceso evolutivo, eso significaría que ha sido él quien ha conducido a la humanidad a su lamentable estado actual. Sin embargo, la Biblia describe así al Creador: “La Roca, perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él. Ellos han obrado ruinosamente por su propia cuenta; no son hijos de él; el defecto es de ellos mismos” (Deuteronomio 32:4, 5). Por lo tanto, el sufrimiento que padece la humanidad no es el resultado de un proceso evolutivo dirigido por Dios. Más bien, es la consecuencia de que un hombre se rebelara contra Dios y así perdiera la perfección, con lo que también privó de ella a sus descendientes. Pues bien, hasta aquí hemos hablado de Adán; hablemos ahora de Jesús. ¿Es compatible la evolución con lo que la Biblia dice de Jesucristo?

¿Cristiano y evolucionista a la vez?

“Cristo murió por nuestros pecados.” Seguro que usted sabe que esta es una doctrina básica del cristianismo (1 Corintios 15:31 Pedro 3:18). Para que podamos entender por qué la evolución es incompatible con esta doctrina, primero necesitamos comprender por qué la Biblia dice que somos pecadores y qué efecto tiene el pecado en nosotros.
Todos somos pecadores en el sentido de que no podemos imitar a la perfección las gloriosas cualidades de Dios, como el amor y la justicia. Con razón la Biblia afirma: “Todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Las Escrituras enseñan que el pecado es la causa de la muerte. “El aguijón que produce muerte es el pecado”, declara 1 Corintios 15:56. Nuestra herencia pecaminosa también es responsable de las enfermedades que sufrimos. A este respecto, Jesús mismo mostró que hay una relación directa entre la enfermedad y el pecado, pues al sanar a un paralítico, le dijo: “Tus pecados te son perdonados” (Mateo 9:2-7).
¿Cómo nos beneficia la muerte de Jesús? La Biblia hace un contraste entre Adán y Jesucristo al decir: “Así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22). Al sacrificar su vida, Jesús pagó el precio por el pecado que heredamos de Adán. De este modo, todo aquel que tenga fe en Jesucristo y le obedezca recibirá lo que Adán perdió: la vida eterna (Juan 3:16Romanos 6:23).
¿Ve usted por qué la evolución es incompatible con el cristianismo? Si ponemos en duda que ‘en Adán todos estamos muriendo’, ¿cómo podemos esperar que ‘en el Cristo todos vayamos a ser vivificados’?

¿Por qué atrae a tantos la evolución?

La Biblia revela por qué se han hecho tan populares enseñanzas como la evolución: “Habrá un período en que no soportarán la enseñanza saludable, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos; y apartarán sus oídos de la verdad, puesto que serán desviados a cuentos falsos” (2 Timoteo 4:3, 4). Pese a que, por lo general, la evolución se presenta en términos científicos, en realidad es una doctrina religiosa. ¿Por qué decimos eso? Porque enseña una filosofía de vida y una determinada postura para con Dios. Sus enseñanzas apelan sutilmente a la inclinación egoísta e independiente del ser humano. Muchos partidarios de la evolución aseguran creer también en Dios. Sin embargo, al mismo tiempo afirman sin reparos que Dios no ha creado nada, que no interviene en los asuntos del hombre y que no juzgará a la gente. Se trata de un credo que les dice lo que quieren oír.
A menudo, lo que impulsa a los defensores de la evolución no son los hechos, sino “sus propios deseos”, como el de ser aceptados por la comunidad científica, donde la evolución es la doctrina ortodoxa. El destacado bioquímico Michael Behe, quien ha dedicado casi toda su vida a la investigación de las complejas funciones internas de la célula, señaló que quienes enseñan la evolución de la estructura celular no tienen base para sus afirmaciones. ¿Es posible que la evolución se dé a escala diminuta, a nivel molecular? Michael Behe responde: “La evolución molecular no se basa en la autoridad científica. No hay publicación de la bibliografía científica —en revistas prestigiosas, publicaciones especializadas o libros— que descri[ba] cómo ocurrió o pudo haber ocurrido la evolución molecular de cualquier sistema bioquímico real y complejo”. Y añade: “La afirmación de la evolución molecular darwiniana es pura bravata”.