lunes, 7 de noviembre de 2011

Alimentación en la antigüedad




Los alimentos de la Antigüedad y la alimentación de los pueblos Antiguos.  
(8000-7000 aC - 476 dC). 
La agricultura, la ganadería, la panificación y la industria láctea fueron pilares del desarrollo
alimentario desde la Antigüedad hasta nuestros días. En las riberas del Mar Caspio, hace 6.000 años tuvieron lugar los primeros cultivos. Siguieron las altiplanicies de Irán y las riberas del río Indo, hasta el delta del Nilo. Los sistemas de riego mediante canales en Asia Oriental y los cultivos de Mesopotamia y Egipto dieron el soporte para el asentamiento de esos pueblos, que no habría sido posible de no contar con un sustento regular y previsible.
El sistema de la Creciente Fértil del Nilo abarcaba Egipto, Palestina, Siria y Mesopotamia hasta el valle del Indo, siendo el trigo y la cebada sus primeros productos. Estas tierras fueron utilizadas también para proveer lechuga, cebollas, nabos, pepinos, guisantes y berenjenas.
El hombre del período postglacial aprendió a tostar el grano sobre piedras calientes, que era luego mezclado con agua para formar una pasta, posteriormente recalentada sobre carbones encendidos hasta cocinarse, formando una hoja resistente. Durante centurias productos de este tipo alimentaron al hombre. Cuando los granos escaseaban se recurría a la harina proveniente de la molienda de frutas secas. Más tarde, 5.000 a 4.000 aC, llegó el pan fermentado, atribuido a los egipcios quienes dejaron fermentar la masa y luego la cocinaron al horno, descubriendo que sus propiedades mejoraban con este tratamiento. A partir de este momento se afirmó la supremacía alimentaria del trigo sobre la cebada, que no tiene propiedades panificantes.
La posibilidad de moler el grano y acopiar la harina permitía reservarla para épocas de escasez de carnes y verduras, lo cual dio cambio direccional a la historia alimentaria de la humanidad dándole a los cereales un lugar central en la alimentación humana.
La domesticación del ganado vacuno se inició hacia el año 4.000 a 3.000 en las colinas de Palestina y del Líbano, en las cuales crecía una vegetación apropiada para su alimentación. No sólo era imprescindible alimentar al ganado sino también evitar que éste estableciera competencia alimentaria con el hombre. Cuando por razones climáticas la pastura disminuía era necesario sacrificar al ganado. Era ese momento en el cual la disponibilidad de cereales o sus harinas demostraban sus ventajas, proveyendo sustento. El desarrollo de las técnicas de salado y ahumado, hacia el año 1.000 aC, permitieron la conservación de las carnes por largo tiempo.
El animal más práctico en el período antiguo fue el cerdo. Abundaba en Francia y en las regiones de Alemania con vegetación boscosa, la que proveía frutos secos con los cuales se alimentaban estos animales. El ganado ovino proveniente de Asia y Egipto llegó a ser muy importante en la península ibérica en tiempos del Imperio Romano, mientras que las aves de corral, especialmente las gallinas, oriundas de la India llegaron a Europa en el año 600, asegurando el abastecimiento de carne y huevos. Los quesos, descubrimiento accidental de los árabes hacia el año 3.000, fueron introducidos en Europa mil años después, siendo elaborados luego por egipcios, griegos y romanos, poco afectos a la leche.

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